miércoles, 16 de noviembre de 2016

Conociendo a Florencia Ferrero

Con el afán de ayudar a la gente y estudiar medicina, Florencia Ferrero llegó desde "La Feliz" pero se encontró con mucho más que eso. Se dedicó a estudiar y jugar al fútbol y allí conoció al plantel de Sportivo Barracas. La familia, su carrera en la UBA, los inicios en el fútbol y mucho más en esta nota "sin anestesia".



-¿Por qué elegiste medicina?

-No tengo a nadie en la familia que haya estudiado medicina. Desde que estaba en el colegio que siempre me gustaban los sistemas del cuerpo humano, las ciencias naturales, de matemática cero. Siempre pensaba cómo podía ayudar con algo que me guste. Así que elegí medicina. El peor año de la carrera es el primero, lo sufrí mucho. El primer día que entré dije “mamá veni a buscarme por favor”, no sabes donde tenes que ir a cursar, es un mundo nuevo, nada que ver a las cuatro hojas que estudiaba en el colegio. Son cuatro libros para estudiar un parcial. Si todo sale bien, en mayo me recibo. Me encanta la carrera, tiene sus cosas que te hacen sufrir pero a la vez es hermosa. Todo lo que dicen los libros no es lo mismo que pasa en la práctica.

-El apoyo familiar

-Estuvo siempre. A los 19 estaba haciendo el CBC en Buenos Aires para entrar en Medicina. Tuve la chance de ir al Mundial Sub 20 en medio de parciales y finales y le dije a mi papá si me dejaba ir. Me dijo que sí pero tenía que volver a hacer ese año de estudio, que es una vez en la vida y me dejó mientras siga estudiando. Siempre se desespera, cuando me iban a ver jugar al Handball y me pegaban o me pasaban algo quería matar a todos. Mi hermana no es de ir a ver fútbol, a mi hermano le encanta el fútbol, le regalé mis camisetas. Cuando voy a Mardel voy y lo veo jugar.

Antes todos los fines de semana que podía me iba a Mar del Plata. Ahora se me hace más difícil. Mi mamá viene finde por medio, no podemos estar separadas más de dos semanas. Mi vieja vive sola, mi hermano vive con su novia en otro lado y ella se aburre. Viene a ver los partidos. 

-¿Pensas quedarte acá cuando te recibas?

-Quiero hacer la residencia acá, mi idea siempre es volver a Mar del Plata aunque mi mamá dice que me voy a quedar acá. No sé si haría toda mi vida acá, a mi familia no la tendría acá. Es otra vida allá. En Buenos Aires se maneja todo con otra velocidad. Siempre tenes algún problema, tenes que salir por tiempo por las dudas de que te pase algo. Si me quedo acá me voy a un lugar más tranquilo, no en pleno centro.

-Estudio y fútbol

-La facu voy de 8 a 12 del mediodía, a la tarde estudio y a la noche termino de estudiar y salgo para el club. Hay veces que curso materias a la tarde pero no los días que entrenamos. 

-¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?

-Tengo un hermano que me lleva un año y medio, jugué siempre con él, jugaba en el equipo y era la única mujer. En Mar del Plata no había equipos de once, había de siete más reducidos. Mi primer equipo fue Aldosivi, después las mismas jugadoras nos cambiábamos de club y cuando volvieron a abrir fuimos de nuevo, ya tenían equipo de once. Ahora hay una liga con un montón de equipos. Mi hermano juega en la liga de Mar del Plata, juega de tres y es el capitán del equipo. Mi primer deporte fue handball, me encantaba el futbol pero como no había equipo de 11 jugaba más al handball. En Aldosivi empecé cuando tenía 15 años.

-¿Alguna vez hubo algún prejuicio por ser la única mujer?

-En realidad de los compañeros con los que jugaba jamás. Con mi hermano nos reíamos porque me elegían a mi primero, “no puede ser” me decía. Los prejuicios son más de grandes que de chicos, cuando entrenábamos en la playa con Aldosivi había mucha gente mirándonos. Le ganábamos a equipos de varones que se re calentaban. Siempre fueron respetuosos sabiendo que ellos tienen más fuerza que una mujer.

-Etapa en Buenos Aires

-Deje de jugar al handball cuando vine para Buenos Aires, como acá había equipos de once jugué al futbol. Empecé en Independiente pero antes hice pruebas en River y en Boca, cuando vi que era más por contacto que por otra cosa fui a un club donde tenga más chances de jugar y fui ahí para tener la chance de ir al Mundial Sub 20. El último equipo en que jugué once fue River, me saque las ganas de jugar ahí.

-Diferencias entre el fútbol de Buenos Aires y Mar del Plata


-Son muchas. Si bien acá le dan bola al fútbol, allá nosotras nos pagamos los viajes, la ropa, es otra cosa totalmente distinta que hace que por ahí acá no valores tanto eso. Hay mucho más compañerismo, el grupo es mejor. Note muchas diferencias entre once y futsal, es totalmente distinto, no hay gambeta, es todo táctico, cada jugada estudiada. En once jugaba de delantera, terminaba de atacar y volvía al trote, acá es ida y vuelta. Es muy parecida al handball la adrenalina del Futsal, aunque tiene más contacto que el fútbol.

-La llegada a Sportivo Barracas
-Fui a futsal por los horarios, en once entrenaba a las dos de la tarde, llegaba a las ocho a casa y no tenía tiempo para ponerme a estudiar. Entonces apareció Barbi y me contó que entrenaban de noche. En realidad fue la China, el otro día tuvimos una discusión de cuál de las dos fue (risas). Yo la conocía de Independiente cuando teníamos 18 años, me dijo que vaya y que tenían un proyecto. Además también estaba la posibilidad de ir a Racing. Era Racing o Barracas. Al día de hoy agradezco estar en Barracas.

     
-Relación con el plantel de Sportivo Barracas

-Me llevo genial con todas, armamos re lindo grupo. Hay muchos equipos que nos dicen eso. Es fundamental tener un buen grupo. Podes tener geniales jugadoras pero sin grupo no se llega a ningún lado. Para mí los equipos que ganan campeonatos es porque tienen un buen grupo. Barracas es un club muy familiar. Por eso en los últimos partidos hubo mucha gente que nos vino a ver.

-Su futuro con la carrera y el fútbol


-Con la carrera no sé si podré entrenar por la residencia porque te dicen que sos esclavo del hospital. Así que creo que cumpliría un ciclo con el fútbol. Para entrenar no me van a dar los horarios. Es hora de que sea la carrera y no el fútbol. Mis viejos me bancan la carrera, si no hay una familia que te banque es imposible. El apoyo de la familia es fundamental.

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